jueves, 10 de marzo de 2011

2do Capítulo

Cabizbaja entré en el salón y fui directo a mi pupitre, tratando de pasar inadvertida; pero no fue fácil, el mismo chico me preguntó:
- Hola, ayer no me presenté, me llamo Lucas - se presentó - ¿Cómo estás? ¿Todo bien?
- C-claro - tartamudeé, me sonrió.
- Me alegro - dijo sin quitar esa sonrisa de su rostro, le sonreí ligeramente.
- Y amm... ¿Tú cómo has estado?
- Bien... he estado... muy bien, gracias por preguntar - sonrió nuevamente.
Ringgg! Sonó el timbre.
- Bueno, creo que me voy a mi puesto, adiós.
- Chao.
Me quedé enbobada mirandole marcharse. Esos ojazos suyos eran difíciles de olvidar... pero a mi me gusta Matt, no puedo estar pensando en otro, no debería... eso creo.

En clases, Matt y sus amigos me estuvieron tirando papelitos y todo el mundo se reía de mí, excepto, claro, Lucas, qué me miraba triste pero incapaz de hacer algo.
- Matt y compañía ¡Ya basta! Concentrense en la clase y dejen tranquila a la señorita Martinez - dijo el maestro, enfadado - si la siguen molestando les pondré un castigo.
Él y sus amigos dejaron de molestarme enseguida.
Sentí un aliento frío en mi cuello.
- Si me castigan por tu culpa, te las verás conmigo y mis amigos - me amenazó.
Un escalofrío me recorrío el cuerpo.

Cuando sonó el timbre de salida me apresuré en marcharme de la escuela.
- ¡Ey! ¿A dónde vas tan rápido, feucha? - me gritó una voz a mi espalda, escuché risas y me volteé. Eran Matt y sus amigos.
Me sorprendió ver a Lucas, quién se horrorizó al verme y le susurró algo a Matt.
- ¡Oh, miren todos! - exclamó Matt - Al parecer Lucas quiere defender a la mocosa - sus amigos rieron - pues bien, Luquitas, si quieres puedes llevarte su parte.
¿Su parte? ¿Es que me iban a golpear?
Tragué saliva con miedo, no quería que le pegaran.
- Atrévete Matt - lo desafió éste.
Él sonrió con malicia y agarró a Lucas del poleron, levantandolo del suelo y apegandolo contra un muro con fuerza, elevó el puño a la altura de su cara.
- ¡No, por favor! - traté de detenerlo.
Ambos me miraron.
- Vete - dijo Lucas.
- Pero...
- Solo hazlo, estaré bien - me aseguró.
Las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro y, como una cobarde, escapé de ahí. ¿Cómo pude dejarlo ahí solo mientras Matt lo golpeaba? Imbecil. Lo peor era escuchar los alaridos de dolor a la distancia, me destrozaba.
Mi conciencia me estuvo mortificando hasta que decidí devolverme. 
Corrí y corrí sin parar hasta llegar a la escena del crimen y ahí lo vi, estaba tirado en el suelo, boca abajo. Aceleré y me tiré a su lado.
- ¡¿Lucas?! ¡Lucas! - lloré - ¡Lucas por favor responde!
Escuché un leve gemido y lo volteé.
Tenía el ojo morado y una pequeña cortada en la ceja, además el labio inflamado y le sangraba la nariz.
- A-ama-lia - tartamudeó mi nombre.
- ¡Oh, Dios! ¿Estás bien? - negó con la cabeza - quédate tranquilo, yo... voy a llamar a una ambulancia.
Saqué el celular de mi mochila y marqué el número el 131 (hospital), al segundo pitido contestaron.
- Buenas tardes, ¿Cuál es la emergencia? - preguntó una mujer al otro lado de la línea.
- Yo eh... a un amigo mío le dieron una paliza y se ve muy mal, quizás se le haya roto la nariz porque le sangra.
- ¿A qué dirección enviamos la ambulancia?
Le dije la calle en donde nos encontrabamos y contestó que en unos 10 minutos estaría la ambulancia allí. 
Saqué papel higiénico de mi mochila y limpié su sangre.
- Amalia - dijo de nuevo.
- Tranquilo Lucas, todo está bien, todo está bien - traté de calmarlo acariciando su frente.

Después de 10 minutos llegó la ambulancia. Lo subieron y le midieron los signos vitales. Suspiré de alivio cuando el médico dijo que estaba estable.
- Amalia - repitió.
- Estoy aquí - le dije y sonreí para tranquilizarlo.


Llegamos al hospital. Lo atendieron y yo me quedé en la sala de espera. Me dijeron que estaba bien, aunque tenía una costilla rota, y que solo necesitaba reposo.
Cuando llegó su madre supuse que lo mejor sería irme de ahí.

Entré en mi casa. Mi madre me esperaba con los brazos en la cintura, enfadada.
- ¿Por qué tardaste tanto? - espetó.
Dudé en contarle lo sucedido, pero al final lo hice, omitiendo las razones de por qué lo golpearon, por supuesto.
- Pobrecito, ¿Está bien?
- Tiene una costilla rota y seguro que no volverá a clases en unas semanas, pero sí, está bien.
- De acuerdo.


Hice los deberes, cenamos y me fui a dormir, pensando en Lucas.

3 comentarios:

  1. RAFAELA sigue porfa :c
    ihiihihhii porfis*-*

    ResponderEliminar
  2. u.u Yo ha ese Matt me lo cargo!!
    Un niñito malo?
    Me meto en la historia y a ver quien es el malo xDD
    Subid prontoo ^^

    ResponderEliminar
  3. Wow, chicas, las felicito. Cuentan la historia como si de veras la hubieran vivido y es muy emocionante. Admito que se me humedecieron un poco los ojos...
    Increíble, felicitaciones y continúen :)

    Cariños,
    Pinky.

    ResponderEliminar

Gracias por leer el capítulo y por tomarte un tiempito para comentar :P Espero que te haya gustado.
Críticas constructivas serán bien recibidas.
No palabrotas por favor, si quieres dar tu opinión puedes decirlo con respeto.
Girl