Sentía cada insulto, cada palabra como un cochillo en mi pobre corazón, ¿Y qué podía hacer yo contra él? ¿Contra aquel chico de cabellos negros despeinados y ojos negros que te atrapaban como fieras? Nada, absolutamente nada. ¿Por qué? Porque amaba a ese chico tan malo y que tanto me hacía sufrir, puede que sea masoquista, pero no me importa, yo lo quería y... lo odiaba a la misma vez por tratarme así. Pero aún así mi amor por él era más fuerte.
Un insulto más... y todo terminó.
Las lágrimas caían y caían por mis mejillas.
- ¿Te encuentras bien? - aquella voz se me antojo dulce.
Alcé la mirada con curiosidad, para ver quién era el alma que se apiadaba de mí.
Me hundí en una marea verde. Esos ojos eran... hermosos.
me encanto
ResponderEliminarMuy cuci ;)